Encéfalo y el riego sanguíneo
El encéfalo, al ser una parte vital del sistema nervioso central, requiere un suministro constante de sangre y oxígeno para su correcto funcionamiento. El riego sanguíneo del encéfalo se realiza a través de un complejo sistema de vasos sanguíneos, principalmente arterias y venas.
Las arterias que suministran sangre al encéfalo son las arterias carótidas internas y las arterias vertebrales. Estas arterias se ramifican en vasos más pequeños que se distribuyen por toda la superficie del encéfalo y penetran en su interior, asegurando así un suministro de sangre a todas las áreas cerebrales.
El flujo sanguíneo en el encéfalo es regulado de manera precisa y dinámica para satisfacer las demandas metabólicas de las diferentes áreas cerebrales. El control del flujo sanguíneo cerebral se lleva a cabo mediante una serie de mecanismos de autorregulación que se basan en la regulación de los vasos sanguíneos cerebrales, como la contracción o dilatación de las arterias.
El riego sanguíneo cerebral es vital para mantener la función cerebral adecuada. La falta de flujo sanguíneo, como en el caso de un accidente cerebrovascular o una obstrucción arterial, puede causar daño cerebral y afectar las funciones neurológicas. Por otro lado, un flujo sanguíneo excesivo o una alteración en la regulación del flujo sanguíneo cerebral también pueden tener efectos negativos en el funcionamiento cerebral.
El sistema de riego sanguíneo cerebral es esencial para suministrar nutrientes y oxígeno a las células cerebrales, eliminar los productos de desecho metabólico y regular la temperatura cerebral. El equilibrio adecuado del flujo sanguíneo cerebral es fundamental para mantener la salud y el funcionamiento óptimo del encéfalo.
Encéfalo y el riego sanguíneo
El encéfalo y el riego sanguíneo son muy importantes para suministro de oxigeno y elementos nutritivos. El riego sanguíneo del encéfalo proviene de los vasos sanguíneos que forman el polígono arterial cerebral (polígono de Willis) situado en la base del encéfalo. Diferentes arterias irrigan las áreas del cerebro. Los sistemas principales se dividen en circulación anterior (la arteria cerebral anterior y la arteria cerebral media) y circulación posterior
La circulación cerebral es el movimiento de sangre que abastece al encéfalo a través de la red de arterias y venas cerebrales. El ritmo normal del flujo sanguíneo cerebral en un humano adulto es de 750 mililitros por minuto, lo que representa un 15 % del gasto cardíaco. Las arterias llevan sangre oxigenada, glucosa y otros nutrientes hacia el encéfalo, y las venas traen la sangre desoxigenada de vuelta al corazón eliminando el dióxido de carbono, el ácido láctico y otros productos metabólicos. Dado que el encéfalo es muy vulnerable a riesgos en su riego sanguíneo, el sistema circulatorio cerebral cuenta con muchos mecanismos de protección, entre ellos la autorregulación de los vasos sanguíneos, cuyo fallo puede provocar un accidente cerebrovascular.
Los vasos sanguíneos que penetran en el tejido encefálico pasan a lo largo de la superficie del encéfalo, y cuando se dirigen hacia el interior lo hacen envueltos en una capa laxa de piamadre. El encéfalo es uno de los órganos metabólicamente más activo y la cantidad de oxigeno que consume varia según el grado de actividad mental. Cuando la actividad neuronal aumenta en una zona del encéfalo también lo hace el riego sanguíneo en esa zona.
Aunque el encéfalo solo pesa el 2% del peso total del cuerpo, éste consume más del 20% del oxigeno en estado de reposo. Si se interrumpe aunque sea levemente el riego sanguíneo en el cerebro enseguida viene una perdida de conciencia. Si el flujo sanguíneo se interrumpe por uno o dos minutos en el encéfalo sus células se verán afectadas y si durante tres o cuatro minutos no reciben oxigeno sufrirán lesiones irreversibles.
Por diversos motivos como por ejemplo por niveles bajos de azúcar en la sangre, sustancias tóxicas o falta de oxígeno puede producir una disfunción cerebral en cuestión de segundos, en muchos casos irreparables.
La sangre que llega al cerebro contiene glucosa que es la principal molécula utilizada por las neuronas para fabricar ATP rico en energía. Como la capacidad de almacenamiento de glucosa en el cerebro es limitada, el aporte de glucosa ha de ser constante. Si la sangre que llega al cerebro tiene una baja concentración de glucosa puede producirse confusión mental, mareos, convulsiones y pérdida de conciencia.
Muchas sustancias liposolubles pasan rápidamente a las células encefálicas y otras sustancias pasan mas lentamente y otras no pasan. Es la barrera hematoencefálica (BHE) la encargada de esta función.
Las sustancias liposolubles como el alcohol, la cafeína, la nicotina, la heroína y muchos anestésicos, además del agua, la glucosa, el anhídrido carbónico y el oxigeno son sustancias que rápidamente pasan desde la sangre hacia las células encefálicas. Mas lentamente pasan la urea, la creatinina y la mayoría de los iones como el Na+, el K+ y el Cl- y la mayoría de las sustancias no pasan en absoluto a través de la barrera hematoencefálica o BHE. Como es de supones los capilares encefálicos dejan pasar muchas menos sustancias que el resto de los capilares corporales.
El cerebro está fluctuando en el interior del cráneo envuelto en un medio líquido, el cerebro en sus fluctuaciones puede cambiar de volumen, hacerse un poco más grande o un poco más pequeño, dependiendo de su actividad interior.
Si el cerebro estuviera envuelto en una caja o casco rígido y herméticamente cerrado, en estas fluctuaciones de volumen podrían estallar nuestras cabezas. El cerebro por supuesto tiene mecanismos de defensa para poder evitar estas cosas, como son las suturas craneales.
El cerebro es o actúa como una computadora inmensamente potente e inteligente, como nunca ningún ser humano podrá reproducir artificialmente.
La silla turca y la glándula hipófisis
El hueso esfenoides en vista lateral, en su parte antero superior está la famosa silla turca, que alberga a la glándula de secreción interna más importante de todas, la hipófisis o glándula pituitaria.
Se le llama la glándula de la eterna juventud y de la felicidad. Es la glándula que controla todos los sistemas endocrinos y metabólicos.
Es la glándula maestra por excelencia, pues controla todas las funciones neuro-vegetativas y neuro-químicas del resto del sistema glandular. Por tanto cualquier modificación de zona que se produzca alrededor de la silla turca por disfunción del esfenoides afectará al resto del organismo.
Esta glándula para funcionar necesita ser balanceada, pues en su balanceo se le somete a una presión y a una relajación. Por lo tanto la glándula segrega sus estímulos basándose en los estímulos que le da el movimiento del esfenoides en su silla turca, que es como una mecedora en forma de semicírculo. El esfenoides hace un movimiento sistólico y diastólico de estimulación sobre el sistema de la hipófisis, en forma de mecedora.
Gracias al movimiento del esfenoides en forma de mecedora en su flexión y extensión está recibiendo el estimulo de la hipófisis. Cualquier bloqueo del esfenoides que afecte a su balanceo, estará afectando al estimulo glandular de la hipófisis.
La hipófisis tiene que mandar información a las demás glándulas de secreción interna, como la glándula tiroides, paratiroides, ovárica, testiculares, suprarrenales, etc.
La hipófisis hace de ordenador central sobre todo el organismo, y apenas conocemos todas las posibilidades de esta glándula.
Si el movimiento de estimulación del esfenoides, o sea su balanceo, se ve afectado todo el sistema neural, más su sistema de secreción interna y la circulación de la zona se verán mermados.
Aquí en el interior de la glándula pituitaria hay metidos muchos programas aún desconocidos.
Todo lo que sea liberar el esfenoides mejorará todo el funcionamiento de la estructura glandular, y al mismo tiempo mejorará el movimiento de todos los demás huesos del cráneo.
Cualquier problema sobre el páncreas, estrabismo hipoglucemia o problemas de oído como los acúfenos, dislexia, de mandíbula el brupcismo, mareos ataques epilépticos, los pares de nervios del VII al XI, etc. todos estos problemas serán posibles solucionar desde el esfenoides.
De aquí que tengamos que prestar mucha atención a la liberación del hueso del esfenoides.
Electroencefalograma
En todo momento las células encefálicas están generan millones de impulsos nerviosos. Estos potenciales eléctricos reciben el nombre de ondas cerebrales e indican la actividad eléctrica de la corteza cerebral. Estas ondas pasan a través del carneo y pueden ser detectados por censores llamados electrodos. El registro de estas ondas se llama electroencefalograma (EEG). Las personas normales producen cuatro tipos de ondas:
- Ondas alfa. Estas ondas rítmicas se producen con una frecuencia de 8 a 13 ciclos por segundo, o sea de 8 a 13 Hz. Estas ondas están presente cuando estamos despiertos o en reposo y desaparecen en el sueño.
- Ondas beta. Su frecuencia es de 14 a 30 Hz. Aparecen cuando el sistema nervioso está activo, cuando hay actividad mental.
- Ondas theta. Entre 4 y 7 Hz. Aparecen durante el estrés mental o en los niños.
- Ondas delta. Entre 1 y 5 Hz. Aparecen durante el sueño profundo o en los bebes o lactantes despiertos.
El cerebelo
El cerebelo es la porción más grande del encéfalo después del cerebro y ocupa la zona inferior y posterior de la cavidad craneal. Se encuentra por debajo de los lóbulos occipitales del cerebro y por detrás del bulbo raquídeo. Esta separado del cerebro por la fisura transversal y por una extensión de la dura madre llamada tienda del cerebelo o tentorium, que alberga parcialmente a los senos (venas) transversos y que sostiene a los lóbulos occipitales del cerebro.
El cerebelo se parece vagamente a una mariposa. La zona central más estrecha se llama vermis y las alas más anchas o lóbulos laterales se denominan los hemisferios cerebelosos. Entre estos hemisferios nos encontramos con la hoz del cerebelo, una extensión de la dura madre que separa los lóbulos cerebelosos, aquí se encuentra la vena occipital.
El cerebelo esta unido al tronco del encéfalo por tres pares de haces de fibras llamados pedúnculos cerebelosos. Éstos conectan el cerebelo con el bulbo en la base del tronco del encéfalo y con la médula espinal. Estos pedúnculos transportan información hacia y desde el cerebelo.
Tiene forma ovoide, pesa entre 150 y 180 gr. El cerebelo del hombre pesa 9 gr más que el de la mujer normalmente. Tienen un tamaño de 8 cm x 5 cm x 5 cm. Todo el cerebelo está cubierto por un líquido cerebro espinal. Presenta 3 caras: anterior, superior e inferior:
- La cara anterior conecta al bulbo raquídeo con la protuberancia anular.
- La cara superior tiene la forma de un tejado y conecta con una parte que se denomina tienda del cerebelo.
- La cara inferior está apoyada sobre la duramadre. Conecta con la fosa occipital del cráneo (fosas cerebelosas).
Dentro del cerebelo se hallan cerca del 50 % de todas las neuronas del encéfalo aunque su tamaño en relación con el cerebro es del 10%.
La función del cerebelo está relacionada con los movimientos subconscientes de los músculos esqueléticos, con el sentido de equilibrio y de la postura entre otros. El cerebelo esta recibiendo constantemente impulsos sensitivos procedentes de propioceptores existentes en los músculos, articulaciones, tendones, de los receptores del equilibrio y de los receptores de los ojos.
- Conserva el equilibrio. Esta función le corresponde al lóbulo flúculo-nodular.
- Actúa en la conservación del tono muscular. Función que le corresponde al lóbulo anterior.
- Interviene y regula los movimientos automáticos y voluntarios. También coordina los músculos esqueléticos. Esta es una función específica del lóbulo posterior.
El cerebelo nos permite toda clase de actividades motoras complejas, desde caminar, hasta los ejercicios de gimnasia más complejos o simplemente bailar.
Hay más de 50 sustancias que actúan como neurotransmisores en el encéfalo.
Las nuevas técnicas citológicas nos van abriendo el camino para descubrir nuevos neurotransmisores, aunque descubrir lo que cada uno hace no es tarea fácil. Se sabe que algunos neurotransmisores son hormonas que se liberan hacia el organismo.
Hay unas neuronas que segregan unas sustancias llamadas neuromoduladores hacia el líquido cefalorraquídeo. Estos neuromoduladores influyen en los demás neurotransmisores limitando o engrandeciendo su función.
Enumeremos algunos de los neurotransmisores:
- Acetilcolina (ACH).
- Aminoácidos. Como el aspartato, ácido gamma-aminobutírico, glutamato y glicina.
- Aminas biógenas. Como la noradrenalina, la dopamina, la serotonina, la histamina y la adrenalina esta ultima es tanto una hormona como un neurotransmisor.
- Neuropéptidos. Forma parte de la familia de los neuromoduladores. Algunos péptidos son las encefalinas, las endorfinas y las dinorfinas, entre otros mas como bombesina, corticotropina, melatonina, oxitosina, secretina, sustancia p, etc.